Escándalo. Tras conocerse ayer que el recibo de la luz podía subir una media de más del 11% en enero se desató un terremoto político que forzó al ministro de Industria, José Manuel Soria, a barajar la opción sin precedentes de invalidar la subasta trimestral con la que se fija el 40% de la factura que pagan más de 20 millones de usuarios.
La subasta Cesur, a la que concurren los productos y comercializadores eléctricos, cerró con un encarecimiento del componente energético del 25,6%, lo que supone una repercusión directa del 10,5% en el recibo. A ello habría que sumarle "algo menos del 1%" de los peajes, la parte que establece el Gobierno. El día anterior, el propio Soria dijo que el alza sería del 2% como máximo y unos días antes descartaba incluso la posibilidad de que el Ejecutivo los subiera o bajara.